Blog

VOLVER

Cómo establecer límites personales para tu salud mental

Isabel de la Fuente @sientopsicologia

El tema de hoy es establecer límites en nuestras relaciones.

¿Qué tipo de límite estamos hablando? De los límites personales.

Los límites personales son las condiciones, barreras o puntos de vista que trazamos nosotras mismas en condición de cómo nos relacionamos con otras personas para establecer seguridad en las relaciones. 

Los límites pueden estar relacionados con contacto físico, que por ejemplo, no me gusta que me abracen. 

Está también el límite de la interacción oral, cuando por ejemplo no quiero hablar con determinada persona o en determinado momento.

Y están también los límites que tratan de nuestro propio espacio personal. Por ejemplo si yo no estoy en casa, no quiero que nadie más esté en mi casa: no me gusta dejar a la señora que hace el servicio doméstico sola en casa mientras yo no esté. 

Además están los límites que se dividen en ciertas categorías específicas que tratan de proteger la propia salud emocional.

Están los límites que protegen la parte sexual que nosotros establecemos a la hora de proteger nuestra propia necesidad y seguridad sexual.

Hay límites que establecemos en el lugar de trabajo, que es cuando nosotros protegemos esa capacidad que tenemos de completar un trabajo sin interrupciones ni dramas de los demás.

Están los límites materiales que es cuando protegemos nuestras pertenencias personales. 

Y por último están los límites de tiempo que son los son los límites por los cuales protegemos el uso y el abuso de nuestro tiempo.

Desde la infancia, a menudo se nos enseñó que tenemos que doblarnos y moldearnos para hacer que los demás se sientan cómodos, más que para que nosotros mismos nos sintamos cómodos.

A veces esta información la recibimos de forma implícita, por ejemplo, cuando vamos al colegio y todos vamos uniformados nadie nos pregunta si queremos llevar uniforme, simplemente la regla del colegio es llevar el uniforme y tenemos que ir uniformados. Eso es en parte una información que nos van tirando desde pequeños implícitamente.

También está la información directa cuando una mamá le dice un niño ``tienes que darle un abrazo a tu abuelo porque es mala educación que no lo hagas´´.

O sea que le está enseñando al niño que aunque él no quiera abrazar al abuelo tiene que hacerlo porque si no se ve mal. 

Son situaciones que se han dado siempre y se van a seguir dando. Entonces es por esto, por nuestro entorno, el entorno en el que vamos creciendo, a medida que nos vamos volviendo más grandes, que hay personas que nos cuesta a veces poner límites. Estamos descuidando nuestras propias necesidades.

¿Por qué nos cuesta establecer límites? ¿Por qué no los establecemos?

Pueden ser diferentes miedos e inseguridades que propiciamos nosotros mismos por diferentes tipos de creencias que residen muy adentro de nosotros. Muchas veces ni siquiera tenemos el conocimiento de estas creencias.

Si tenemos baja autoestima puede ser que nos actuemos como si fuésemos inferiores al otro y por eso podamos aguantar que nos insulten, que nos manipulen y somos incapaces de reaccionar a ante esto y poner un límite a la otra persona. En el fondo estamos pensando que lo merecemos y somos incapaces de hacerlo.

También podemos tener diferentes temores infundados a que si nos paramos firmes con alguien

podemos estar en conflicto con esa persona y cuando entramos en conflicto puede ser que nos desaprueben o nos dejen de querer.

Todas estas cosas hacen que naturalmente el ser humano no sepa establecer límites.

Esto es algo que tenemos que aprenderlo y trabajarlo para poder tener claridad y establecer estos límites sanos.

¿Cuáles son estos tipos de límites sanos y cómo podemos aprender a comunicar y a defender nuestras necesidades de manera sencilla?

Tenemos que empezar a decir no a todo aquello que no nos apetezca hacer o para lo que no tengamos tiempo. 

Tenemos que tener en mente que no importa si la persona a la que le estamos diciendo que no se va a enfadar o va a decir algo de nosotras. Tenemos que aprender a priorizar lo que nosotras queremos.

Tenemos que utilizar el yo para expresar lo que sentimos y lo que deseamos.

Esto se logra poco a poco. A veces uno piensa que por decir algo así puedes parecer grosera pero en realidad, a la larga, cuando empezamos a hablar así, hasta nos ayuda a las relaciones, nos ayuda a nosotros mismas, a nuestra autoestima y a que tengamos relaciones mucho más saludables.

También es importante que aprendamos a no disculpar cada vez que expresemos lo que queramos, por ejemplo:  ``Ay no lo siento, pero prefiero estar en la casa´´. Puedes decir simplemente prefiero estar en la casa. Ese lo siento o ese discúlpame o ese sorry lo vamos a ir quitando de nuestras respuestas para ser más asertivas y fieles a nosotras mism

No tenemos que maquillar lo que sentimos para que la otra persona lo escuche según nosotras mejor

Nunca nos tenemos que justificar cuando expresemos una opinión o cuando tomemos una decisión. No tenemos que justificarnos, simplemente tenemos que confiar en lo que estamos diciendo y seguir nuestro camino sin importar que la otra persona nos ponga mala cara o nos vaya a responder algo que no nos guste.

Simplemente debemos confiar en nosotras mismas y en lo que estamos pidiendo y en ese momento requiriendo.

Recuerda que los límites son propios, son estas reglas o parámetros individuales, que cada una se pone para cada una. O sea son hechos para yo sentirme cómoda; no es que yo lo pongo para que tú estés cómodo - No. Yo lo pongo para mí.

Y ahora la parte práctica del asunto. Yo identifiqué seis pasos que son muy importantes para empezar a aprender a poner nuestros propios límites.

El paso número uno que tenemos que aprender para empezar a trabajar poniendo límites es identificar cuáles son nuestros límites. Parece redundante pero no lo es porque no podemos establecer límites claros si antes no los identificamos.

 

Para eso lo que tenemos que hacer es darnos un tiempo y a conciencia identificar cuáles son esas cosas que yo no acepto por medio de mis emociones. Por ejemplo, cuando yo me siento triste o molesta es porque está pasando algo que no estoy tolerando bien, entonces lo que tengo que hacer es que dentro de mis límites yo voy a marcar que eso no lo acepto y voy a ponerle un stop.

Entonces eso es lo que tengo que hacer: identificar cómo me siento, cómo esto que me está pasando se está sintiendo, qué pensamientos me está trayendo a la mente y qué me haría sentir mejor.

Entonces cuando identifico qué es lo que acepto en mi vida y qué es lo que no, yo puedo empezar a marcar mis límites. Tengo que identificar lo que me hace sentir bien y lo que no me hace sentir bien.

Paso número dos definitivamente aceptarte y amarte a ti misma porque cuando aspiramos a recibir el cariño de las personas en el exterior puede ser que hagamos cosas que en realidad no queremos hacer y las estamos haciendo para la aprobación de la otra persona.

 

Y como hay tantas personalidades y temperamentos diferentes, es difícil que el cariño que queramos recibir del otro lo recibamos siempre igual.

Entonces es muy importante que empecemos a sembrar amor desde adentro. De esta manera vamos a hacer una fuente de insatisfacción inagotable y siempre vamos a poder recibir nuestro propio afecto, no importa que no lo recibamos del otro pues vamos a recibir nuestro propio afecto y de esta manera vamos a estar plenas con nosotras mismas.

Entonces cada vez que establecemos un límite, lo que tenemos que estar claras es que éste límite que estamos estableciendo está surgiendo de mi propia validación de mi propio punto de vista o de mis propios sentimientos. Es algo que que nace de mí y no lo estoy trayendo porque es de otra persona.

Un punto muy importante para aprender a establecer límites es respetar el límite del otro porque tenemos que ser congruentes.

 

¿Cómo reaccionamos cuando un amigo, compañero de trabajo o familiar pone sus límites?  ¿Nos sentimos rechazadas? ¿Los respetamos? ¿Nos sentimos incómodas?

Cuando nos hacemos estas preguntas y nos respondemos sinceramente es cuando vamos a saber si nosotras también respetamos los límites ajenos.

Hay una frase que lo resume muy bien:  La incapacidad que yo tengo de aceptar los límites del otro es proporcional a mi capacidad de poner mis propios límites.

Cuando aceptamos el límite del otro estamos entendiendo que cada persona tiene un un motivo específico de por qué tiene ciertos límites en sus relaciones y lo importante no es si estás de y de acuerdo aceptar que lo está haciendo.

Hay que ser coherente con que si queremos que nos acepten con nuestros límites también hay que aceptar los límites del vecino.

El cuarto paso está también establecer límites con nosotras mismas porque en el proceso de que identifiquemos esos límites de que aceptamos lo que estamos sintiendo y de que nos amemos a nosotros mismos también nos vamos a permitir respetar nuestros deseos y nos vamos a ayudar a cumplir nuestras palabras. Si nosotras mismas tenemos claro lo que estamos buscando va a ser más sencillo que respetemos esos límites que nos vamos a trazar. 

 

Tenemos que aceptar que aprender a poner límites es progresivo porque como cualquier hábito o actitud en la vida la mente necesita un tiempo para reaprender porque no es algo que desde chicos nos enseñan sino que es algo que estamos enseñándole ahora a la mente adulta y de la mente necesita un tiempo para reaprender algo y realizar las cosas de forma distinta.

 

No tenemos que desanimarnos si un día de repente no fuimos claras con un límite; simplemente tenemos que seguir trabajando con hacernos conscientes de que a eso queremos llegar, de que queremos ser muy asertivas y muy claras con nuestros límites pero poco a poco, o sea va a ser de manera progresiva.

De repente podemos empezar a poner límites con personas de confianza o podemos poner pequeños límites para ir poco a poco, progresivamente, mejorando en este arte porque en realidad es un arte de aprender a poner límites personales de manera saludable.

Es  importante también identificar y saber cuándo los límites no dependen de mí porque siempre van a haber cosas que no están bajo nuestro control y que se escapan de nuestras manos y lo que podemos hacer en este caso es que tenemos que comprender que los límites nuestros los podemos controlar pero la reacción de otra persona en base a cómo reacciona con los límites que le hemos impuesto es algo que nosotros no podemos elegir.

 

Puse algunos ejemplos prácticos porque siempre es bueno tener ejemplos que podemos decir a ciertas situaciones muy específicas.

Lo importante es que cuando decidamos que queremos aprender a poner límites seamos claras y firmes con la decisión y que siempre los expresemos de manera respetuosa.

Es importante mencionar que ser una persona que tiene límites claros y los comunica de manera clara no significa que seamos una persona grosera. Quizás no todo el mundo está acostumbrado a que se le diga las cosas muy directas, habrá personas que piensen que una persona con límites claros es una persona un poco grosera y cerrada pero de eso se trata: de que aprendamos a ser asertivos, respetuosos y poco a poco que sea parte de nuestra personalidad.

Entonces el primer ejemplo se trata de ser clara y directa. Tenemos que empezar a decir la opinión y los sentimientos que tenemos de una forma directa pero sin dar mucha justificación. Mejor dicho, en caso de que queramos externalizar el motivo, podemos añadir una pequeña explicación pero siempre esa aplicación tiene que ser breve porque entre más hablamos menos credibilidad le estamos dando a lo que estamos diciendo.

Por ejemplo, me dice mi amiga: ¿Vendrás a mi casa esta noche? Yo puedo decir ´´no gracias hoy quiero descansar´´No es necesario que le digas: ``Hoy quiero descansar porque tuve un día duro.  Me regañó mi jefe no dormí anoche…´´, no! Sea directa y sea clara: No gracias, hoy quiero descansar es una respuesta directa y clara para este tipo de pregunta.

En la situación que estamos hablando sé empática pero firme. Hay que colocarse, como casi todas las situaciones en la vida, en los zapatos de la otra persona y validar el punto de vista y los sentimientos en la otra persona. De esta forma cuando tú validas a la otra persona, la otra persona también te va a validar a ti y tú vas a poder exponer tus puntos de vista y tus sentimientos con total claridad.

Otro ejemplo: Alguien en el trabajo te pide plata prestada y tú le puedes decir muy empáticamente: ´´Entiendo que necesites dinero y te sientas presionado por esta situación que estás pasando pero esta vez no te puedo prestar pues tengo gastos importantes que ya tenía contemplados, quizás te puedo ayudar de otra manera…´´ y te ofreces para ayudarlo de otra manera (si quieres). Ahí estás siendo empática pero estás siendo firme. No le estás dando el espacio a que te pueda seguir insistiendo.

Si no te sientes segura posterga la respuesta. Tal vez te han hecho una propuesta y no te sientes totalmente segura sobre la decisión que deseas tomar. En este caso puedes postergar tu respuesta para pensarlo mejor y ser más certera con tu decisión. Por ejemplo: Te llaman de la compañia de celular para ofrecerte portabilidad: Tú puedes decir ``por ahora no te puedo dar una respuesta pero me puedes llamar en el transcurso de la semana para corroborarlo´´ porque a veces cuando te llaman a tu celular para ofrecer un servicio te ponen entre la espada la pared. En este caso tú estableces tu límite bien amable y le dices por ahora no te puedo responder pero llámame mañana, llámame en una semana, llámame más tarde. Eso en el caso de que tú no te sientas segura de dar una respuesta mantente firme ante juicios de valor. 

En el caso de que una persona no acepte los límites que estableciste y te reproche de ser mala al no acceder a lo que te está pidiendo es necesario que continúes marcando tu límite de forma clara y después explicar que eso no tiene ninguna relación con el afecto que tienes o algún juicio de valor. 

Por ejemplo tu novio te dice: ``qué mala eres por no ayudarme a acabar con el reporte´´. Para romper eso de que te está etiquetando de que eres mala, tú firme y con amor le puedes decir ``no puedo posponer mis actividades pero eso no tiene nada que ver con el amor que siento hacia ti´´. Eso es una respuesta en la cual estás mostrando tus límites claros.

También está ofrecer una solución alterna, que esto aplica más cuestiones laborales. Cuando colocas un límite a una petición que te están haciendo en el trabajo, por ejemplo: Te piden a las tres de la tarde ``necesito que me mandes mañana a primera hora este reporte´´ tú le puedes responder ``puedo avanzar o utilizar informes pasados para que comiencen a trabajar.´´

En los temas laborales siempre hay que dar una solución alterna porque por un lado no queremos quedar como que no somos eficientes y por otro lado nadie que le abusen de su tiempo, entonces en este caso sí es recomendable ofrecer una solución alterna dentro del límite que vas a marcar. 

Y como uno de los puntos finales de esta terapia y es importante saberlo porque a mí siempre me gusta hacer psicoeducación para que entendamos en base a cada tema es que todo lo que hacemos los seres humanos tiene una razón No es por nada, no es porque el ser humano es así y ya, están nuestros antepasados, está todo esto del inconsciente colectivo, entonces somos un todo y es importante conocer este todo cómo ha llegado hasta el tiempo en que en el que estamos para que nos conozcamos mejor.

Y con referencia al tema de los límites puedo decirles que los seres humanos somos seres sociales por naturaleza y nuestra evolución se dio precisamente gracias al trabajo en equipo y a la vida comunitaria. En la prehistoria sólo sobrevivían los humanos que estaban juntos, los que estaban en grupo. Los que estaban solos se morían.

Entonces esto hace que nosotros, que la mente humana de hoy, siempre intente protegerse y aceptar las peticiones de los demás como un instinto de supervivencia. O sea siempre la primera opción es aceptar lo que te dice el otro y muchas veces estas peticiones que nos hacen, nosotros las acompañamos de rechazo con pena o miedo a ser juzgados y si nos oponemos a dar esta ayuda que nos están pidiendo.

Lo bueno es que la mente siempre puede re aprender y transformar sus creencias, siempre. No importa que tengamos cinco años o tengamos cincuenta o tengamos ochenta, la mente siempre puede reaprender y nosotros siempre tenemos regeneración.

El cerebro tiene plasticidad, esto es que constantemente podemos están haciendo cambios en el cerebro. Esto nos da la capacidad de aprender y mejorar dentro de nosotros mismos.

Es importante mencionar de nuevo que poner límites es un camino y es progresivo por lo que lo que tenemos que hacer es ser conscientes ser pacientes conmigo con nosotros mismos y celebrar todas las pequeñas victorias que tengamos porque todo esto es parte del proceso.

De repente había un momento que yo no podía decir que no cuando me invitaban a una discoteca. Iba y la pasaba mal pero poco a poco fui aprendiendo a decir que no. Entonces aunque lo vea pequeño, porque todavía hay otros no que no puedo dar, ese lo tengo que ver como una victoria porque esto es parte del proceso en el cual estoy aprendiendo a poner mis propios límites.

Es importantísimo entender que poner nuestros propios límites va a tener un beneficio enorme en nuestra salud mental porque va culminar en un fortalecimiento y aumento de la autoestima. Si te sientes bien contigo misma, si hablas bien de ti misma y si te das como tu lugar vas a perder el miedo de mostrarte tal y cómo eres.

Y por último también queda recalcar que esta tarea de poner límites es una carrera de fondo porque a todos nos cuesta plantarnos y decir que no al principio, a todos nos cuesta así que tenemos que seguir y darle y darle y darle y no desanimarnos a tomar las riendas de nuestra vida y poder poner nuestros propios límites para conmigo y para con los demás.

Ir a terapia completa

Foto de charlesdeluvio en Unsplash